Carta desde una clinica psiquiatrica, quien sabe donde.
"Querida familia se me ha agotado la paciencia en estos días. Han sido bastante agitados sobre todo en esta clínica. He estado bastante tranquila, debo decirles, de hecho, tengo miedo a salir aún. Tengo un reloj que me indica las horas de comida. Tengo un horario que cumplir. Me están domesticando y me dejo. Me dejo porque es un control que como no aprendí, tendré que aprenderlo externamente, las neuronas espejo supongo que son. Esas neuronas, uds saben, esas que hacen que copie a mi alrededor. Mi amigo tenía razón el desorden comienza por el entorno. No quisiera salir de aquí hasta verme totalmente recuperada. Pondré todo a mi favor. No se preocupen más… quisiera que rellenasen sus vidas con sus experiencias y no con mis inconsciencias… sé, en este aspecto que les será difícil tanto como a mí. Todos tenemos una nueva forma de vida que enfrentar. Yo estoy aquí y uds están allá, en la otra vereda, que es la misma vereda, pero hay una distancia entre nosotros que no debemos seguir cruzando. Aquí no hay semáforos y los autos corren como si estuvieran en carreras… nadie para, ni los ciclistas, esos semipeatones ya ni siquiera respetan a sus mayores… no es que piense que se debe respetar exclusivamente a los mayores, de hecho, mejor no hablaré de respetos… me siento aquí, otra vez, a escribirles… espero sean mejores noticias y en sus cabezas no ronde la desolación de días anteriores, que por anteriores es mejor dejar atrás… ¿no creen? Puede parecer difícil, pero es mejor no encarar tanto la palabra difícil, se queda pegada en el inconsciente haciendo las cosas como afirmaciones recurrentes a nuestros hábitos… las cosas parecían pender de una telaraña, parecía frágil pero es más fuerte de lo que pensaba… he decidido terminar mis días en esta cárcel. Aquí nadie puede más que yo, maltratarme, vivo encerrada en una pieza.."
...un anónimo querido...
